Pocas cosas pueden apetecer más que una buena fabada, al llegar a casa tras una fría jornada de nieve.
Sacáis las fabas de esas caxinas que estaban colgadas secando en la panera...Compráis un buen trozo de tocino en nuestra carnicería, algo de lacón, morcilla y chorizo; todo cocido a fuego lento en la cocina de leña, da como resultado una espectacular fabada. De las que son vistas y no vistas en el plato
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